¡Duendes!

¡Madre mía! ¡Qué odisea!
Los que me seguís por las redes sociales, habréis sido testigos de todo el ajetreo y las travesuras de unos duendes muy traviesos que llevan unos días revolviéndome el taller… y dejando sus cosas por ahí.

¡Y por fin los he atrapado!
Y antes de enseñároslos, tengo que dar infinitas gracias a Noelia Erre, superamiga y superfotógrafa por la sesión de fotos más diver de la historia de las sesiones de fotos amigurumísticas. Ella es el ojo detrás de las fotitos que vais a ver hoy, así que los aplausos a ella!!

No son más que cookies, o elfos navideños, duendes que han decidido hacer de mi taller su cuarto de juegos personal… y van llevando la magia allá donde van. Curioso, quién lo iba a decir… ¡Duendes en el taller del Duende! Cazarlos ha sido complicado, pero estoy muy satisfecha ahora de poder enseñároslos.
Es un diseño complejo, son de MUY pequeño tamaño (unos 12 cm) y tienen detalles pequeños, además son articulables: sus piernitas y bracitos se mueven para que puedas sentarlos, hacerles andar, saludar… Es la primera vez que hago amigurumis articulados y el resultado es más que satisfactorio.

¡Me encantan las orejitas puntiagudas!
Espero que las fotos “pre” duendecitos os hayan hecho sonreír y aportado algo de magia prenavideña durante estos días antes de las ansiadas vacaciones ¡yo lo he pasado como una enana preparándolo todo! 🙂
Estos dos traviesillos ya han encontrado un hogar, pero acepto pedidos especiales durante estas navidades para cazar duendes y enviarlos a vuestra casa ^__^ ¿O quizá te gustaría un duende totalmente personalizado para alguien especial? ¡No tienes más que escribirme!

Y… noticia bomba, estos dos tienen un amigo… ¿Adivinas quién? ¡Te lo cuento en muy poquito!